BUSCANDO A MATILDE VARA DE ANGUITA
Desaparecida el 24 de julio de 1978 del Café Tortoni
 

Escritos > Palabras de Horacio en el cierre del acto del 24/07/98

Gracias por acompañarnos en esta conmemoración de algo tan espantoso. Espantoso de un espanto que no cesa. Hace 20 años la han secuestrado, la han atormentado no sabemos cuánto tiempo y la han matado y no sabemos cuándo y cómo. La verdad de sus últimos días está también desaparecida, nos ha sido sustraída.
La justicia que ha procesado sólo a algunos de los responsables mediatos de éste y otros crímenes desaparece también por el foro después de estar sólo fugazmente en escena. Hay solamente un responsable preso, por ahora, y en su casa.
Desaparecidas ella, la verdad y la justicia.
Demasiado espanto.
Enloquecedor. Sin embargo la justicia, por de pronto, retoña, como el olmo seco de Machado cada vez que la memoria y el coraje colectivos le hacen un lugar. A pesar de ello siempre parecen fugaces, provisorias y mentirosas esas apariciones, como el Juicio a las Juntas (entre paréntesis ojalá los vientos que soplan ahora de Europa sean prometedores).
Con la verdad pasa otro tanto. La reconstrucción de las historias de tormento y muerte progresa, a paso lento. Algún día aparecerá documentación de los represores, posiblemente, y aunque sea parcial, puede contribuir a completar la historia surgida de los testimonios de las víctimas.
Con la sustracción de los restos de mamá la cuestión parece más compleja. En el caso de ella hubo un juez que dictaminó que está fallecida, desde el punto de vista legal. Hizo publicar edictos por 6 meses y "estableció" como fecha de su muerte el 24 de enero de 1980, 18 meses después de que fuera secuestrada. En el cementerio de Boulogne hay una placa de bronce, puesta por mí en el osario general, que tiene escrito el nombre de mamá, entre otros nombres de otras personas fallecidas.
Yo acuso al poder de haber secuestrado a mamá, de haberla atormentado y asesinado. Yo acuso al poder de haber ocultado las circunstancias de sus últimos días y de conferir impunidad a los responsables de todo ello.
Yo acuso al poder de habernos privado, a ella y a nosotros, de velar sus restos mortales, de habernos impedido inhumarlos con el ritual con que los hombres entierran a sus muertos. Yo acuso al poder de habernos privado, a ella y a nosotros, de situar en una tumba un ataúd con su cuerpo exánime y de habernos impedido escribir su fecha de defunción verdadera en una piedra junto a la inscripción "Descansa en Paz".
Si ella no ha podido descansar en paz en estos 20 años, ¿cómo habríamos podido hacerlo sus deudos?.
¿Hasta cuándo?.

     
 

Sitio web creado por sus familiares y seres queridos. Si tenés alguna información escribinos aquí.
Diseño web: Leandro Coccia